Cada alumno se coloca frente a otro (pareja: “espejo” el uno del otro). Se establece un límite/línea entre ellos para que no se toquen. Siguiendo el ritmo de la música tal como cada uno lo percibe o siguiendo (sin música) el ritmo personal interno, uno empieza a hacer lo que hace el otro: una serie de movimientos y expresiones. Todos los alumnos o más de una pareja pueden colocarse a ambos lados de una única línea larga que puede dividir el aula/la sala.
El “reflejo” simultáneo y la reproducción simultánea de movimientos y expresiones crean la sensación de un gran organismo vivo urbano que se mueve y se expresa dentro de un cierto marco de límites.
Duración de la actividad: 15´-20‘.
Duración: 5-10’.
Los alumnos expresan en un gran círculo cómo se han sentido o qué han entendido.